Seguro que nos desesperamos con nuestros padres o abuelos cuando les intentamos explicar cosas como escribir un SMS, programar el video o para qué sirve internet (un día le dije a mi abuela que escribía en un blog, pero se quedó con la misma cara que si le hubiera dicho que podía teletransportarme).
Pero aunque pensemos que son unos “inútiles“ en el aspecto tecnológico, hay muchas cosas que ellos saben hacer y que nosotros desconocemos. Antiguamente había más cultura del háztelo tu mismo (¡qué remedio!), y quién más quién menos, los hombres eran capaces de realizar pequeños arreglos de fontanería, eléctricos, bricolaje, etc. y las mujeres conocían miles de recetas y podían coser, zurcir, tejer, arreglar un bajo, una manga, etc.
Hoy en día, somos incapaces de hacer muchas de esas cosas, y en cuanto tenemos el más mínimo problema, llamamos al técnico, al restaurante de comida rápida o a la tienda de arreglos de ropa (o recurrimos a nuestros padres).
Este es un buen momento para aprender todas esas habilidades, bien de nuestros padres o a través de algún curso de cocina, costura, fontanería o electricidad (las organizaciones de vecinos y los ayuntamientos suelen organizar cursos gratuitos de este tipo).
Por supuesto, tanto hombres como mujeres deberíamos ser capaces de hacer todo tipo de labores (que ya no se deberían considerar masculinas o femeninas), y eso nos ahorrará mucho dinero al cabo del año.
Foto | Flickr de Jaume Urgell
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