Siempre se habla de la cuesta de enero como la época más dura para nuestras finanzas personales, pero el mes de septiembre es casi peor.
Llevas todo el verano gastando por culpa de las vacaciones y si no has salido de viaje, seguro que has cenado fuera de casa muchos días o has tomado unas cuantas cañas y tapas en las terrazas. El buen tiempo animar a quedar con los amigos, a comer en restaurantes y tascas y a salir de fiesta más que en invierno, es decir, sacas a pasear la cartera más veces.
Y tras dejar la VISA temblando, llega el momento “vuelta al cole“ para los más pequeños: el colegio, los libros, la ropa nueva (la del año anterior les queda pequeña), el material escolar, el autobús, etc.
Además, las Navidades están a la vuelta de la esquina, y para cuando queramos darnos cuenta, ya tenemos que empezar a comprar regalos y la comida para las fiestas de Navidad. Otra vez a gastar sin parar.
En definitiva, ¿qué pensáis que es peor, la cuesta de enero o la cuesta de septiembre?.
Imagen | Flickr de Inocent-e