En la imagen que encabeza este artículo se ve una situación graciosa pero que en ocasiones es una realidad. Y es que muchas veces las tiendas etiquetan productos como ofertas cuando en realidad no lo son. O son oferta respecto a sus precios pero aún así siguen siendo más caros que los precios de la competencia.
Por tanto os aconsejo que no os fiéis sistemáticamente de estas ofertas. En el campo con el que más familiarizado estoy en precios es con el de tecnología y muchas veces he visto en grandes superficies equipos etiquetados como súper ofertas que en realidad pueden comprarse por precios mejores en otras tiendas a un precio sin oferta.
Claro que no tenéis que saber de todo, por lo que os recomiendo que uséis Internet para investigar precios antes de hacer la compra. Esto es aplicable, claro, a productos donde el gasto sea importante. No tiene sentido que perdamos una hora de nuestro día en saber en que supermercado del barrio tiene las lentejas más baratas puesto que el tiempo perdido no compensará el ahorro.
En definitiva, la regla se podría resumir en el título del post, no te fíes de las ofertas.
Imágen y vía | Cinco Días