¿Nunca te ha pasado que al volver del supermercado, además de lo que tenías en la lista de la compra, has vuelto a casa con una bolsa llena de nuevos productos, en su mayoría innecesarios? Ibas al supermercado pensando en gastar unos 30 euros y al final te has gastado 40.
Tranquilo, nos ha pasado a todos. La organización del supermercado y la distribución de sus productos son las responsables.
El supermercado es un lugar estudiado al milímetro. Su objetivo es conseguir crear en el consumidor un sentimiento de necesidad que no existe y que se puede satisfacer con uno de sus productos. Para ello utiliza algunos trucos que, si conocemos, no tendrán efecto en nosotros y conseguiremos ahorrar algo de dinero en la cesta de la compra. Éstos son los más comunes:
- Está demostrado que las personas tendemos a girar la cabeza hacia la derecha. De esta forma, no son pocos los grandes almacenes que colocan a nuestro lado derecho las cosas que se supone que no vamos a comprar. En nuestro caso, en los supermercados, a este lado quedarían productos no alimenticios como por ejemplo la ropa, pues ¿quién va a un supermercado a comprar ropa? Si no estuviera ahí pasaría desapercibida. En cuanto a estos productos es muy típico también que nos los coloquen en la entrada, consiguiendo con ello que tengamos que verlos a la fuerza. Los productos más demandados estarán en los lugares más lejanos, con el fin de que tengamos que pasar por otros para llegar a ellos.
La anchura de los pasillos también está medida. Suelen entrar solo tres carritos, creando muchas veces pequeños atascos en los que nos da tiempo a echar un ojo a los productos de alrededor.
Cambian regularmente el posicionamiento de los productos para que tengamos que buscarlos y, de paso, encontremos otros productos interesantes.
La estructura de las estanterías es muy clara. Al nivel de nuestros ojos estarán ubicados los productos más caros y los más nuevos. A ras de suelo y en la parte alta, los productos más baratos y de primera necesidad. Colocados de esta forma con la intención de que no los veamos o que al menos nos cueste algo más encontrarlos y así nos decidamos antes por uno igual pero más caro.
Ponen bien grande el precio total, de manera que nos entra mejor en los ojos cuando el verdaderamente importante es el del precio del litro o el kg.
Foto | Daquella Manera