Una de las cosas que más pueden hacer subir la factura del agua son las pérdidas o fugas en cañerías y grifos. El goteo de un grifo que no cierra correctamente puede suponer el desperdicio de hasta 30 litros diarios.
Para detectar si existe una fuga de agua, debemos hacer una pequeña prueba para controlar el contador. Dejamos de utilizar el agua durante tres horas, y comprobamos si el contador ha seguido subiendo o no.
Si el contador ha seguido corriendo, la casa puede tener una fuga. En este caso, lo mejor será comprobar uno a uno los grifos y las tuberías, para detectar la ubicación de la pérdida de agua y realizar el arreglo nosotros, o llamar a un profesional de confianza si no nos sentimos capacitados para resolver la avería por nosotros mismos.
Pero es conveniente que solucionemos el problema cuanto antes, a la larga, tener la fuga nos va a salir más caro que llamar al fontanero, por muy alta que sea su factura.
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