Con la llegada del buen tiempo nos entran ganas tremendas de coger el coche y salir de ruta, en ocasiones a visitar a amigos y a la familia o irnos directamente a la aventura. ¿Peligros para nuestros bolsillos? Llegamos a mucho sitios y no hay nada abierto, solo establecimientos especializados en la caza del turista, dicho con un poco de sarcasmo pero con respeto que conste.
¿Qué encontramos? Bebida a precio de champán, chicles a precio de ternera y bocadillos a precio de oro cuando pensamos que son pulgas de pan con algo dentro. ¿Solución? Llevar las cosas de casa siempre o al menos los más necesario y comprar solo parte de lo que vayamos a consumir.
También tenemos la posibilidad de bichear por la red y encontrar sitios chulos para comer y que a la vez sean económicos y así ahorrar. Conseguiremos seguir saliendo de ruta sin renunciar a economizar siempre que sea posible. ¡Turistas de bocadillo! A mucha honra.
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