Compañías aéreas de bajo coste, ¿son siempre lo más barato?

Compañías aéreas de bajo coste, ¿son siempre lo más barato?
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Salta a la vista que desde la llegada de las compañías de bajo coste a nuestras vidas, el mundo del turismo y los viajes ha sufrido, y de hecho está sufriendo una revolución, no solo en cuanto precios se refiere y por tanto en el impacto que el viajar tiene en nuestros bolsillos, sino también en la forma que tenemos de percibir el servicio que deberíamos recibir en un viaje en avión.

Pero cabe preguntarse si volar en una compañía aérea de bajo coste es siempre más barato que en una compañía aérea tradicional. Y debemos recalcar la palabra siempre. Porque generalmente olvidamos que, aunque en su publicidad dichas compañías presumen de billetes baratos, no dejan de ser empresas que como tales buscan tener beneficios.

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Pero, ¿por qué son más baratas?

Porque su política de economía de costes es más sencilla que la de las compañías tradicionales: reducen costes superfluos (comercialización sin intermediarios a través de internet, facturación online), optimizan el rendimiento de su flota de aviones (maximizando el número de movimientos diarios por aeronave reduciendo las escalas en aeropuertos, sin asignaciones de asiento, limpieza de la aeronave por la tripulación), y, sobre todo, dejan en manos del cliente el tipo de servicio que quiere recibir (todo es opcional, desde el equipaje, hasta la prioridad de embarque, pasando por el propio método de pago).

Todo esto ha provocado que lo que antes estaba reservado para una élite se haya "democratizado" de tal forma, que hoy en día esté en manos de cualquier usuario el conocer nuevos países y ciudades a tiro de ratón (y de tarjeta de crédito).

Entonces, ¿es siempre más barato volar con una compañía de bajo coste que con una compañía tradicional? Como en cualquier revolución, el fenómeno low cost también trae consigo la polémica: Teóricamente sí lo es. Y en la práctica, también. Al menos en el 99,9% de las ocasiones.

Cualquiera puede comprobarlo a través de los numerosos comparadores de precios de viajes (mi favorito, Skyscanner), eligiendo cualquier día al azar, a cualquier destino que esté cubierto por compañías de ambos tipos. Las únicas excepciones que podemos encontrar serán el mismo día del vuelo o en fechas muy cercanas al vuelo que puedan coincidir con días especiales o inicios de vacaciones colectivas, en los que las compañías de bajo coste son tan caras como una tradicional.

¿Como consigo pues volar siempre mas barato?

Evidentemente, hay que tomar ciertas cuestiones básicas relativas a la naturaleza propia del negocio del bajo coste.

Generalmente, las compañías de bajo coste suelen volar a aeropuertos secundarios, más alejados de los centros urbanos, frente a las tradicionales que viajan siempre a aeropuertos principales. Esta norma está dejando de ser tal cual, ya que compañías como Ryanair o Easyjet ya empiezan a operar desde aeropuertos principales, cada vez con mayor asiduidad.

Esta particularidad, que puede representar un problema a la hora de realizar vuelos con conexión a otros destinos o vuelos de largo alcance, sin embargo no repercute necesariamente en un mayor gasto de transporte por tierra a las ciudades principales, ya que suelen existir conexiones por bus o tren bastante económicas para enlazar dichos aeropuertos secundarios con dichas ciudades.

Otro dato a tener en cuenta es valorar tanto la flexibilidad de horarios y conexiones que una compañía tradicional suele ofertar con la rigidez operativa de una low cost. No todo el mundo puede permitirse volar un martes a las 11:30 de la mañana en pleno mes de febrero.

Tampoco podemos pretender que el servicio en cuanto a numero de bultos admitidos en cabina, peso del equipaje, facturación en aeropuerto gratuita o servicio a bordo (básicamente prensa y catering, aunque tendiendo a desaparecer ambos) sea el mismo pagando 300 euros en una compañía tradicional que 30 en una de bajo coste.

Lo que hay que tener muy claro es que las compañías de bajo coste no son, ni pretenden ser, iguales a las compañías tradicionales. Es decir, que no estamos comprando lo mismo. Porque en sus términos y condiciones, aunque las tradicionales están tendiendo a "bajocostosizarse", las compañías de bajo coste siempre han sido muy claras, dejando como hemos dicho que todo servicio sea opcional.

Por tanto, no es justo que consideremos un robo que nos cobren por una tarjeta de embarque en el aeropuerto si nos hemos olvidado de hacerlo en casa, si en los términos y condiciones que hemos aceptado ha quedado claramente establecido así. Y lo mismo por una maleta extra, o por un exceso de equipaje.

Debemos tener en cuenta, por el bien de nuestro bolsillo, que para nosotros, los usuarios, la "democratización" de los vuelos exige un coste extra: que apliquemos una visión low cost también de la vida, y en ella está el mirar lo que antes era convencional de otra forma. Y para ello debemos comenzar a leernos la letra pequeña de los contratos, en este caso sus términos y condiciones.

Imagen | Morguefile En Ahorro diario | Tarifas aéreas: cuidado con la letra pequeña, Ryanair y los vuelos de bajo coste: ojo a las tretas de las compañías low-cost

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