En los sistemas de radiadores o acumuladores eléctricos, se implantó hace un tiempo la moda de la eficiencia energética del calor azul. Los fabricantes y distribuidores nos venden unos radiadores más caros con sistemas de aluminio y la promesa de obtener mejores resultados energéticos a la hora de calentar una estancia.
El sistema de calentamiento por electricidad, viene dado por la Ley de Joule. Esta ley nos dice que el calor que se obtiene por la transformación de la electricidad viene dado por el producto de la potencia (en watios) y el tiempo que estamos suministrando dicha potencia a cualquier resistencia y por 0,24 si queremos esa expresión en kcal.
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De entrada, cualquier sistema eléctrico fabricado bajo la denominación de “calor azul” va a generar el mismo consumo eléctrico que otro de la misma potencia que no sea de calor azul. Por otra parte, el rendimiento de la expresión anterior es del 100%, nunca más ni menos. No nos vale que nos digan que un radiador de 1.000W de calor azul calienta lo mismo que otro de 1.500W que no sea de calor azul
¿Como consigue el radiador de 1.000W ese calor extra? Es físicamente imposible. Las ventajas que presentan los radiadores de “calor azul” se fundamentan en su bajo peso (aluminio normalmente), dimensiones muy reducidas y diseños muy innovadores, pero nunca se puede justificar su compra basándonos en razones de eficiencia energética a costa de soportar un mayor precio a igualdad de condiciones de potencia.
Más Información | Efecto Joule
Imagen | jovi.com
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