Hace apenas una semana la Policía Nacional desmanteló en nuestro país la hasta ahora mayor red de falsificadores de prendas de ropa y calzado. La red, de origen marroquí, contaba con diez fábricas en Portugal cuyos productos se distribuían mediante delegados zonales en toda España. Se calcula que habrían distribuído nada más y mada menos que 235 toneladas de artículos falsos y que habrían podido generar unos ingresos de 5.500.000 de euros.
¿Por qué os cuento esto? Porque hace unos días tuve oportunidad de asistir en nombre de Ahorro Diario a un desayuno de trabajo organizado por la OCU, cuyo tema era "El consumidor ante las falsificaciones e imitaciones de fragancias". Y las de las fragancias, que quizá te estés planteando adquirir para Reyes, y el resto de falsificaciones tienen muchas cosas en común, principalmente que los consumidores no acabamos de ver que con su compra no estamos ayudando al pobre negrito, sino colaborando con una banda criminal y además pagando las cosas mucho más caras.
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A los que pudimos asistir a la interesante la charla, que contó con la presencia de representantes de STANPA (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), de la Policía Nacional y de la propia OCU, nos quedaron las cosas muy claras.
Y es que, como se puede apreciar en la transparencia proyectada en la imagen superior, comprar un perfume falso no es más barato, al contrario: te cobran mucho más de lo que te están ofreciendo (agua, colorantes de dudosa procedencia y mezclas inclasificables), su utilización te puede generar caros problemas de salud y los costes para la sociedad son muy elevados.
¿Cómo podemos descubrir si un perfume es falso?
La mejor manera de asegurarse de que un perfume no es falso es comprándolo en distribuidores autorizados, pero si tienes dudas aquí tienes 4 claves para descubrir al impostor:
Lo primero el celofán. En el perfume original el celofán es de buena calidad y queda pegado al embalaje, mientras que en el falso se ve endeble, queda aire entre los dos y al frotarlo suena.
Después el estuche. El cartón del embalaje de perfume falso siempre es de menor calidad y gramaje, su interior no ofrece la suficiente protección al frasco que, a diferencia del original, puede hasta bailar en el interior.
A continuación el frasco. Si después de haber examinado el celofán y el cartón aún tenemos dudas, saquemos el frasco. En los verdaderos el vidrio es de calidad, transparente y de una sola pieza. En los falsos el contenedor se hace con dos moldes que luego se pegan, de manera que si pasamos la mano suavemente notaremos el relieve de esa unión. El tubo plástico del dispensador suele estar además muy curvado, mientras que en el original esa curvatura es ligera porque todos se cortan con sumo cuidado a la misma altura.
Y por último el etiquetado. En el perfume bueno encontraremos el número de lote tanto en el frasco como en el estuche, donde también distinguiremos el código de barras y el código de trazabilidad, que incluye el fabricante para ver el recorrido del producto. En el falso probablemente no aparecerán, como tampoco aparecerá la lista detallada de ingredientes, obligatoria por ley para cualquier cosmético.
Recordemos que, al no pasar por ningún tipo de control, un perfume falso puede estar usando un alcohol de uso industrial e incluyendo ingredientes potencialmente cancerígenos, plomo, arsénico, cadmio, o alergénicos. Por no hablar de los colorantes, según nos comentaron se ha detectado incluso orín de caballo en algunas falsificaciones.
Y no olvidemos algo muy importante, como comentábamos al principio, si compramos un perfume falso no solo no nos ahorramos nada, sino que tampoco le estamos haciendo ningún favor a nadie. Los falsificadores son delincuentes que se enriquecen a nuestra costa y no solo no pagan impuestos y violan las leyes de propiedad intelectual e industrial sino que además explotan a sus trabajadores que trabajan en condiciones lamentables y sin ningún tipo de derecho.
En Ahorro Diario | Regalos económicos Navidad 2013