Cuando, hace ya casi un año, hablamos por primera vez de alquiler de coches entre particulares nos pareció un proyecto muy novedoso, pero de entonces a aquí el consumo colaborativo se ha extendido como la pólvora y las iniciativas se han multiplicado, como ésta que os contamos que hoy, que sigue la misma línea pero en lugar de con coches con embarcaciones de recreo.
Sal a navegar plasma la idea de cuatro socios españoles, con una fuerte vinculación con la náutica desde hace muchos años, tanto a nivel profesional como deportivo. Su objetivo es doble, por un lado permitir a los propietarios amortizar los gastos que supone tener una embarcación, que se suele utilizar muy pocos días al año, y por otro permitir que cualquier usuario pueda acceder a disfrutarla con unos alquileres económicos.
Si queréis conocer más a fondo los entresijos y el funcionamiento de la empresa os animo a que leáis la entrevista que nuestros compañeros de Genbeta le han hecho a Octavi Uyá, uno de los fundadores de Sal a navegar, accesible desde el enlace inferior.
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