Aprende a usar la tarjeta de crédito

Aprende a usar la tarjeta de crédito
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En primer lugar, tengamos clara y memoricemos la siguiente frase:

La tarjeta de crédito es un medio de pago, no un medio de disposición de efectivo.

Es decir, la tarjeta de crédito me ofrece un préstamo de un importe igual al límite de crédito que yo tenga en la tarjeta. Este préstamo está pensado para realizar compras, no disposiciones de efectivo.

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Con lo cual, si me dirijo a un cajero o entidad bancaria y retiro dinero de ese préstamo, la comisión que me van a aplicar por este préstamo es de un 4% en el mejor de los casos.

A nivel operativo, supongamos que me dirijo al cajero con mi tarjeta de crédito y retiro 500 euros a crédito. Tendré que pagar de comisión por este retirada 20 euros. Si además, no he realizado la operación en mi entidad financiera, pagaré adicionalmente la comisión por sacar dinero en el cajero.

Evita los pagos aplazados sobre el crédito dispuesto. Las tarjetas de crédito suelen configurarse con pago a final de mes para todas las compras que se realicen en el mes en curso.

Si tenemos esta opción, no pagaremos intereses, pero para cualquier otra alternativa que planteemos se nos cobrará un interés bastante elevado por este préstamo.

De igual forma, siempre que podamos pagar a crédito, realizaremos esta opción, puesto que si puedo tener mi dinero 30 días en una cuenta corriente remunerada, es preferible ganar estos 30 días con el dinero en mi poder frente al pago al contado.

Y como último punto, aprovecha los seguros que te ofrecen las tarjetas de crédito. La inmensa mayoría presentan seguros de vida, asistencia médica y cobertura para viajes, billetes de tren, avión… Estos seguros se activan cuando se realizan pagos con las tarjetas.

Paga siempre con la tarjeta de crédito este tipo de productos, porque alguna vez es posible que los necesites. La tarjeta de crédito como tal es una herramienta y hay que aprender a usarla.

Si se usa bien, es un medio excelente de pago pero si se usa mal, sólo conseguirás tener problemas, acumular deudas y lo mejor que se puede hacer es no tener ninguna.

Imagen | consumerist
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