Históricamente, la industria del turismo, formada por hoteleros, agencias de viaje mayoristas y minoristas y compañías de transporte (aerolíneas y empresas de cruceros), han trabajado bajo un concepto básico: la base doble, o lo que es lo mismo, contemplar la unidad de venta mínima como "viajar en pareja".
Más tarde, y con la evolución de la sociedad, se desarrollaron conceptos como "habitación individual" y "habitación doble de uso individual", que, para alguien que viajaba solo, simplemente suponía una penalización por ocupar más espacio del que en realidad podía necesitar.
Pero dado que dicha industria no supo dar respuesta a la creciente demanda del "viajero solitario", conocido en algunos ámbitos como "single", "soltero" o simplemente "persona que viaja sola", poco a poco han ido surgiendo otros tipos de ofertas, asombrosamente económicas y que conforman la base de la revolución low cost que hoy vivimos.
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Estos lugares, lejos de ofrecer lujo sibarita, permiten que conocer el mundo esté al alcance de cualquiera. Es el concepto del low cost aplicado a la hostelería: habitaciones compartidas, de hasta 18-20 personas o más, en literas y con baños comunitarios.
Este tipo de hospedaje, combinado con los vuelos en compañías de bajo coste, y unido al uso del transporte público local del destino donde vayamos, puede suponer un ahorro considerable. Incluso, en numerosas ocasiones, casi más barato que quedarse en casa.
Sin embargo, si lo que queremos es viajar a lo tradicional, ayudados por nuestro agente de viajes de toda la vida, sin renunciar a las comodidades habituales, lo que deberemos hacer es preguntar por las ofertas para "singles". El turismo para viajar solo o sola supone una creciente forma de viajar. Las motivaciones originales eran "viajes para ligar", algo que resultaba anecdótico y hasta curioso.
Pero hoy en día el turismo "single" se ha especializado y adaptado a todo tipo de público, y ya podemos encontrar desde agencias de viaje y programas especializados en turismo individual, hasta hoteles dedicados en exclusiva a este tipo de cliente. Un tipo de turismo que no busca en sí el ahorro, sino una motivación diferente a la hora de viajar.
Pocas excusas quedan ya para no salir ahí fuera a conocer mundo. El dinero ya no es una de ellas.
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