Imaginemos que quiero enjuagar el cubo de la fregona después de haber terminado con los menesteres caseros o estoy enjuagando la vajilla mientras friego los platos. Tenemos dos formas para hacerlo:
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Llenar casi al completo el recipiente un par de veces y tirar el agua.
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Utilizar muy poca agua, remover el recipiente y repetir el proceso tres o cuatro veces.
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La mayoría suele decantarse por llenar casi por completo el recipiente cuestión, dado que existe la creencia errónea que así se arrastra mejor los restos que queramos eliminar. Esa creencia es incorrecta y un desperdicio de agua.
El sistema más efectivo para enjuagar cualquier recipiente es utilizar cantidades pequeñas de agua varias veces. La explicación a este fenómeno la tenemos en la química:
La cantidad de energía necesaria para disolver una sustancia es menor en disoluciones concentradas que en disoluciones diluidas.
Una disolución será más concentrada cuanto menos disolvente tenga, por lo que se favorece mejor la disolución y el arrastre de sustancias sólidas con poca cantidad de agua que con mucha.
Hay un efecto que todos conoceremos y nos lo va a aclarar bastante este concepto: el efecto Cola-cao. El formato antiguo de este producto era casi insoluble en leche fría.
El procedimiento para disolverlo consiste en echar una poca cantidad de leche, disolver el cola cao en un par de dedos de leche que si se disuelve y luego completar el vaso.
Aunque el ahorro económico no es sustancial que digamos, el ahorro de agua debe ser una prioridad, con lo que siempre que tengamos que enjuagar cualquier tipo de recipiente utilizaremos poca cantidad de agua varias veces.
Imagen | Sergis Blog
En Ahorro Diario | Ahorrar agua