Estudiar una carrera y contar con una beca del Ministerio de Educación implica tener unos planes, una disciplina financiera que seguir y que cumplir y una distribución de los gastos contando con un dinero que, por regla general y si todo está en orden, suele llegar a finales de año. ¿Qué pasa si no es así? ¿A quién recurren los estudiantes entonces? Familiares: nuevo gasto extra. Caos.
Con todos los cambios que se han instaurado en el sistema de becas, este año se ha anunciado que habrá un retraso a la hora de abonar la gran mayoría de ellas. Y los estudiantes han puesto el grito en el cielo al saber que no recibirán esa beca con la que ya habían hecho cuentas hasta el mes de marzo o abril. Todo ello porque el importe de las ayudas ahora se divide en dos.
Una parte fija, en la que entran los conceptos de residencia, matrícula y beca general y otra variable, que es donde cuentan la media y la renta de los estudiantes. Y hay que repartirlas. En total, estos cambios y otros muchos son los que hacen que si el año pasado ya se habían ingresado el 80 % de las becas a estas alturas, este curso van por el 5 %. Un desorden que solo cada estudiante puede entender desde su situación personal, pero que no es fácil de afrontar para la gran mayoría.
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