Se acerca el verano y con él llega la temida “operación bikini”. Casi todos nos preocupamos por esos kilos de más que durante el invierno han quedado escondidos por la ropa, pero en verano no nos queda más remedio que lucir en todo su esplendor.
Muchos somos los que pensamos en hacer dieta en esta época del año. Aparte de los riesgos para la salud que supone hacer dietas drásticas, muchas veces gastamos un montón de dinero en productos dietéticos, en consultas de personas que no son médicos especializados y en elixires mágicos que no suelen adelgazar nuestro cuerpo pero sí nuestro bolsillo.
Al fin y al cabo, se adelgaza comiendo menos, y con ello deberíamos ahorrar, no gastar más dinero. Estos son algunos consejos que podemos seguir para adelgazar y ahorrar al mismo tiempo, sin que nuestra salud se resienta:
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1) Comer raciones más pequeñas de nuestros platos habituales. Por ejemplo, servirnos la comida en platos de postre en vez de en el plato más grande.
2) Masticar bien la comida y comer pausadamente. Nuestra sensación de saciedad llegará antes al cerebro y comeremos menos.
3) Evitar picar entre horas. Las visitas a la máquina expendedora y los asaltos a la nevera están prohibidas. En su lugar, podemos llevar al trabajo fruta o yogures en vez de comprar snacks como galletas saladas o bollos de chocolate. En casa, si dejamos de comprar chocolate, galletas o patatas fritas no tendremos la tentación de comerlos. Nuestro cuerpo y nuestro bolsillo nos lo agradecerán.
4) Comer más vegetales en lugar de carne. Las verduras, las frutas y las legumbres son mucho más baratas que la carne, y mucho más sanas.
5) Sustituir las bebidas gaseosas y al alcohol por agua y zumos. El azúcar, el gas y el alcohol engordan sin aportar nutrientes a nuestro organismo, por no hablar de su precio abusivo.
6) Cambiar los platos preparados por los platos naturales, realizados por nosotros mismos. Los platos preparados son más caros y llevan grasas perjudiciales.
Foto | Flickr de Gi Honey
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