Es verdad que los smartphone han cambiado nuestras vidas. Cada vez son más las personas a las que escucho decir que han hecho mucho daño a la manera más directa de socializarnos, que es en persona, pero yo sigo sin estar de acuerdo. Al margen de todo eso, le tengo mucho cariño a mi móvil.
Y verano es la época del año en la que necesita una especial atención, más si nos vamos de vacaciones. Para empezar, si me lo llevo a la playa tengo que tener especial cuidado con dejarlo al sol, ya que un exceso de calor puede dañar la plantalla y el interior de mi teléfono. Por supuesto, mantenerlo alejado de cremas y aceites solares y no dejar que se moje, o tendremos un disgusto. Porque lo de secar la batería durante las 24 horas siguientes no suele funcionar muy bien.
La arena será también una de las grandes enemigas de mi smartphone y su funda está pensada para mantenerlo alejado de todo, siendo las más recomendables las que se cierran totalmente. Si yo misma tengo que tener cuidado con los cambios de temperatura, que en verano son habituales, el móvil también puede salir dañado con ellos. Y por supuesto, mucho cuidado con dónde lo dejo, que el amigo de lo ajeno va a estar al acecho de los despistes de los turistas. Para prevenir: descargar un app de búsqueda y tener mucho cuidado con nuestras contraseñas, ¡es un peligro!
Imagen | Highways Agency
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