A todos nos encantaría tener esa ‘sonrisa profident‘ perfecta y blanquísima, que tan bien queda en las fotos y que tanto luce en nuestra cara. Pero claro, estos tratamientos son carísimos y la verdad, no están los tiempos para derroches y para tirar la casa por la ventana. Igual si nos toca la lotería, pues nos lo planteamos, pero de momento va a ser que no.
Nos queda tirar de blanqueantes dentales y no siempre funcionan. En esta ocasión me gustaría daros la receta de uno casero, para que puedas conseguirlo de una manera sencilla, sin gastarte ni un euro y sin tener que salir de casa. Necesitas: áloe vera, agua oxigenada y bicarbonato de sodio.
Lo único que tienes que hacer es extraer la pulpa de la planta de Áloe, triturarla bien y colocarla en un recipiente, añadir dos gotitas de agua oxigenada y una cucharada de bicarbonato. Ahora hay que mezclarlo bien hasta que el resultado sea una pasta homogénea. Luego viene la constancia de cepillarse los dientes cada día con esa pasta y ver como vamos notando el cambio.
Imagen | Ottonassar
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