Admitámoslo: los móviles se han convertido en un aparato imprescindible para la mayoría, pero también en una fuente más de gasto. Especialmente sangrante es el uso en los SMS: su coste por unidad es tan barato que no lo tenemos en cuenta a final de mes y, claro, eso los convierte en una de las mayores fuentes de negocio para las compañías telefónicas.
Afortunadamente, hoy tenemos más fácil acabar con la “smsdependencia” gracias al auge de Internet y, en especial, al nacimiento de las redes sociales y a sus distintas maneras de comunicación directa. Por ejemplo, ¿cómo quedas con tus amigos? ¿Sigues tirando de móvil? Mandar un correo electrónico es gratis. Y si son de los que utilizan webs como Facebook, Twitter o Tuenti de manera habitual, ¿por qué no haces un envío masivo de mensajes directos o de invitaciones?
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El consejo vale también para cumpleaños y todo tipo de fechas especiales. Ya conozco a muchos (yo entre ellos) que esta pasada Nochevieja no han enviado ni un SMS para felicitar el nuevo año y se nota. En el mes de diciembre de otros años, mi factura telefónica podía subir, sin darme cuenta, entre 10 y 15 euros (donde se incluían también las muchas llamadas para quedar en cenas de amigos, de empresa, etc…). En esta ocasión, sin embargo, me he ahorrado todo ese dinero gracias a que me he obligado a no usar el teléfono móvil más que en los momentos imprescindibles.
Por supuesto, este consejo es mucho más fácil de utilizar para unas personas que para otras. Si perteneces a eso que han dado en llamar “Generación Internet”, éste método es infalible: todos tus amigos están en alguna red social (seguramente Tuenti) y para ti el uso de internet no es algo anecdótico, sino imprescindible. Sin embargo, si eres un poco más talludito, es más complicado que tus conocidos estén en Facebook o que estén siempre conectados.
Aunque eso va a cambiar y cada vez más gente está probando redes sociales, tampoco pasa nada porque no estén allí: el correo electrónico ya lo miramos todos. ¿Que no van a leer tu mensaje en el momento? Excepto citas de última hora, para los demás usos que le damos al SMS no importa tanto la inmediatez.
Eso sí, si utilizas este método para quedar, aségurate de poner algo para confirmar que la otra persona lo ha leído: no serás el primero que se ha quedado plantado. Pero, bueno, en eso ni siquiera los SMS aseguran el éxito.
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