Análisis SJCAM C300: la más completa cámara de acción por muy poco dinero

Esta primavera, la marca especializada en cámaras de acción SJCAM lanzaba al mercado un nuevo modelo llamado C300. Llevamos un tiempo probándola y queremos compartir con vosotros nuestras impresiones sobre ella en este análisis.

Lo primero que hay que decir con respecto a esta SJCAM C300, es que es un modelo de entrada, pero con unas prestaciones más que interesantes, y sobre todo, con un concepto, algo diferente y más global que el de otras cámaras. Viene además muy completa en cuanto accesorios en el pack de entrada, pero incluso podemos adquirir algunos más por separado.

Peso 31g (con la batería estándar)

En la caja

De hecho, en la caja encontramos todo lo necesario para poder utilizarla, sin tener que pagar de más. Viene suministrada la propia cámara con una batería, más una segunda batería con grip, una carcasa impermeable y tres soportes de diferentes tipos, una pinza, un cordón para colgarla al cuello, un par de bases adhesivas para cascos, un par de adhesivos extra, un tonillo de sujeción, el cable de carga USB-C, y un paño de limpieza. Nos parece una propuesta más que atractiva por el precio que se nos pide por ella.

Aún así, la marca nos ofrece más accesorios si estamos dispuestos a pagarlos, como por ejemplo el palo de extensión (el típico palo selfie), un soporte para cascos con cintas (para no tener que adherirlo y poder quitarlo cuando se desee), un cordón para el cuello con soporte magnético o tarjetas MicroSD.

Como se puede comprobar, otras marcas no ofrecen tanto en el pack básico, haciéndonos pagar mucho más si queremos tener toda la colección de accesorios que tenemos para este modelo. Aunque ya solo por el hecho de contar con la batería extendida con la que cuenta este modelo, merece la pena hacerse con él si queremos una cámara de acción bastante decente sin pagar demasiado.

Diseño / En la mano

La SJCAM C300 es una cámara pequeña y ligera. Cuenta con una pantalla LCD táctil de 1,33 pulgadas, un único botón físico de control e incluye estabilización con giroscopio de 6 ejes, todo ello con unas dimensiones de 68x32x21.7 mm y un peso de 32 gramos si nos fijamos en la “versión pocket”. Si añadimos la batería con grip, (de la que luego hablaremos con más detalle), el alto de la cámara sube a los 130mm y el peso sube hasta los 100 gramos.

Con un tamaño tan compacto, esta cámara de acción es cómoda de llevar a todas partes. No molesta demasiado en el bolsillo, (al menos si llevamos la batería pequeña), y aunque no tiene una forma muy cómoda para grabar en mano, tampoco se hace molesta o se corre demasiado riesgo de que se nos resbale, (en entornos normales, no cuando estamos en ríos o en la playa).

La lente que monta nos ofrece una visión muy angular, de 154º, aunque podemos configurar qué parte de su campo de visión queremos que quede reflejada en nuestros vídeos. También cuenta con un micrófono digital integrado que se puede configurar con y sin reducción de ruido.

Por otra parte, todo el juego de accesorios con los que se vende la cámara aportan mil formas de aprovecharla en acción. Tenemos desde una pinza para colocarla, por ejemplo, en el tirante de la mochila, hasta la clásica carcasa estanca para sumergir la cámara. Tampoco nos falta un soporte con el que usar el tornillo, también habitual en este tipo de cámaras, para sujetarla a diferentes soportes, como el de casco, el del manillar de la bici o incluso al stick para autograbación, aunque, si bien hemos probado este accesorio, éste sí que se vende aparte.

Lo más peculiar de esta cámara es esa ya mencionada segunda batería, que abre más posibilidades de uso. Sobre ella hay que comentar que, por un lado, proporciona más del doble de autonomía. Esto es un plus, aunque en contra tiene que la mayor parte de los accesorios están pensados para usar la cámara en “modo pocket”. Así, no podremos usar los soportes y carcasas, (excepto los que se pueden atornillar a la parte inferior). Por otro lado, esta batería está diseñada pensando en que haga las veces de grip, para hacerla más cómoda en mano, sobre todo cuando nos queremos grabar a nosotros mismos.

Su segundo punto fuerte esta en la segunda pantalla que añade, haciendo que veamos lo que estamos grabando hacia nuestro lado, y no en la pantalla de la parte frontal. También añade un segundo botón para accionar la grabación y encender la cámara, algo que también se agradece.

Ojo con el diseño de la cámara, porque, si bien en otros modelos y otras marcas, encontramos una mínima resistencia al agua sin carcasa añadida, en la C300 no es el caso. Si queremos mojarla, debemos instalar la carcasa diseñada para ello.

La ranura para tarjetas micro SD la encontramos tras la batería, con un sistema parecido al de las ranuras para SIM de los teléfonos móviles (cuando tenían baterías desmontables). Es cómoda de insertar y sacar además, tan sólo deslizando la lámina metálica que la sujeta en su sitio.

Opciones y prestaciones

Aunque con un control muy simple, con menús muy extensos aunque claros y con poca pérdida, la cámara se configura fácilmente y sin mucha complicación. Abrir los menús se hace desde la propia pantalla táctil, que puede ser algo molesta si se tienen dedos grandes, pero por lo demás, pocas pegas se le pueden poner.

Tenemos tres opciones principales, con tres iconos en la parte baja de la pantalla. En el centro, con un icono de una casa, encontramos las opciones de disparo / grabación. En él, mediante iconos grandes e intuitivos, podremos seleccionar entre vídeo, foto, timelapse, cámara lenta, cámara de salpicadero o streaming en vivo.

A la izquierda de este icono encontramos uno con una varita mágica, que, ya en menú de texto, nos ofrece opciones para la configuración de la grabación de vídeo y el disparo de fotos. Aquí encontraremos un sinfín de opciones como la resolución de los vídeos, su calidad, el codec de grabación, la orientación de la grabación en vertical u horizontal, detección de movimiento, formato de grabación (más o menos angular), reducción de ruido, impresión de fecha y muchas otras opciones en las que bucear para que el vídeo o la foto queden totalmente a nuestro gusto.

Por último, en el habitual icono del engranaje de la izquierda encontraremos las opciones de configuración de la cámara, con apartados como la fecha, el idioma, el formateado de la tarjeta, la luminosidad de la pantalla o el encendido y apagado del tono que indica que hemos comenzado a grabar entre otras muchas opciones. Por cierto, os recomendamos apagar ese bip, ya que si no somos de postprocesar nuestros vídeos y no lo hacemos, quedará grabado al principio de cada uno de nuestros clips.

Además de todas estas opciones, encontramos un menú simplificado si deslizamos el dedo por la pantalla, desde la parte de arriba hasta la de abajo, al estilo de lo que suele ser habitual en smartphones. Esto nos abre cuatro accesos directos, para la conexión WiFi con el móvil, el intercambio de pantalla en uso cuando tenemos la batería extendida puesta; por defecto tenemos la pantalla trasera, pero podemos cambiar a la delantera si queremos disparar selfies o incluirnos en la grabación de vídeo. También podemos conectar el mando a distancia del palo para selfies, o apagar la pantalla completamente para preservar la autonomía.

Por otra parte, y como es habitual en este tipo de dispositivos, hay que mencionar que no falta la conectividad con el móvil, mediante WiFi y con un sistema muy simple, de lectura de código QR, mediante la app SJCAM Zone, para iOS o Android. Con ella podemos tanto controlar la cámara como enviar vídeos y fotos para guardarlos en el móvil, enviarlos a las redes o editarlos.

La opción del control desde el smartphone convierte a la cámara en algo mucho más cómodo y operativo. Prácticamente todas las opciones están disponibles desde la pantalla de nuestro terminal, pero se hacen mucho más fáciles de activar y desactivar, al disponer de más espacio para seleccionarlas y de una vista más amplia de todas las disponibles. Y ni que decir tiene que ver los vídeos o los encuadres en tiempo real en una pantalla de 5 ó 6 pulgadas es una experiencia mucho más satisfactoria que hacerlo en las 1,33 pulgadas de la C300.

Decir que entre sus defectos encontramos un par de ellos algo molestos. Por un lado, el encendido de la cámara es algo lento. Esto en una cámara de acción no es muy aceptable. En el tiempo que pasa desde que pulsamos el botón hasta que la cámara está operativa, podemos haber perdido el momento decisivo.

Por otro lado, tampoco nos ha gustado que ese botón de encendido se pulsa demasiado fácilmente. Podemos llevar la cámara en el bolsillo o en la mochila y, al ir a sacarla, darnos cuenta de que está encendida o incluso grabando. Nos ha pasado en más ocasiones de las deseables.

Rendimiento

Hay que dejar claro que estamos ante una cámara de acceso. Muy completa, pero de acceso al fin y al cabo. Esto implica que no debemos esperar un rendimiento en vídeo como el que podemos ver en un smartphone top de gama o en una mucho más cara GoPro.

Aun así, la C300 cumple con su cometido. Los vídeos tienen una calidad más que decente, sobre todo en 4K, aunque en Full HD nos ha parecido que dejan algo más que desear. La grabación es bastante buena, tanto si la llevamos en la mano como si la sujetamos a la mochila u otros lugares haciendo uso de los múltiples soportes disponibles.

El ruido aparece en ciertas ocasiones, sobre todo en condiciones de escasa iluminación, pero con un sensor de este tamaño, lo raro sería que lo hiciera, claro.

Por otra parte, el estabilizador cumple bien con su función, y mejora bastante las tomas, aunque ya se sabe que, en esto de los vídeos de acción, estos no suelen quedar siempre como nos gustaría, simplemente por la clase de terrenos en los que nos movemos. Es capaz de compensar bastante bien el movimiento que producen nuestros pasos, aunque al moverla lentamente, los vídeos están algo peor estabilizados.

Lo mismo ocurre con las fotos. No podemos esperar la calidad de una cámara de un smartphone top, y mucho menos de una cámara sin espejo. Con un sensor pequeño como este, lo normal es que ni tengamos una calidad enorme, ni obtengamos fotos con poco ruido cuando la luz es escasa.

Además hay que tener en cuenta que, con una lente tan angular, las imágenes tienden a quedar bastante deformadas, sobre todo hacia los bordes derecho e izquierdo, y quizás tengamos que usar el modo recorte para tener fotos más decentes.

En general, la C300 es una cámara que se desenvuelve muy bien durante el día, y no tanto por la noche o en lugares oscuros.

Precio y conclusiones

Esta SJCAM C300 nos ha parecido una excelente opción si buscamos una cámara de acción económica muy por encima de otras de las que vienen de China por el mismo precio.

Además del precio, a su favor tiene dos razones de peso para elegirla: la batería - grip, que es casi como tener dos cámaras en una, y la cantidad de accesorios suministrados en el pack básico.

Todo ello con una calidad de imagen más que decente para los creadores de contenido, con un precio más que ajustado, que, en nuestro país está en torno a los 159 euros pudiendo encontrar en ocasiones ofertas que la dejan un poco más barata.

Este producto ha sido cedido por la marca para la prueba. 
Tienes más información sobre el Bang Max en la web de SJCAM.

Imágenes: SJCAM | Manu García

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