Hace dos años me compré una freidora de aire: ojalá no lo hubiese hecho

La airfryer no fue la revolución que yo me esperaba

Hace casi dos años me compré una freidora de aire. Sí, yo también sucumbí a las facilidades para cocinar que ofrecía: rapidez, limpieza fácil y multitud de recetas. Pero tras todo este tiempo, la realidad ha sido otra. En mi opinión, las freidoras de aire no son para todo el mundo. Y, como muchos otros pequeños electrodomésticos, terminan en un rincón o, en el peor de los casos, en Wallapop como las Thermomix.

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¿Vas a utilizarla?

Esa es la primera pregunta que debería haberme hecho. En lugar de dejarme cegar por el buen precio y todas sus bondades, que son muchas, la verdadera cuestión era: ¿vas a utilizar realmente la freidora de aire?

No puedes engañarte a ti mismo: si antes no hacías menús demasiado elaborados, no vas a empezar ahora. Sí, si los hacías, la freidora puede ahorrarte tiempo. Pero, en mi caso, mis menús se basan más en recetas al horno (bastante pescado), a la plancha o en parrilla. Y mucha verdura y ensaladas. Aunque con recetas más elaboradas se pueden adaptar a la freidora, realmente no la necesito para preparar carne a la brasa, un salmón al horno o un plato tan nuestro como la tortilla de patatas.

Esa debería ser la primera cuestión: ¿los platos que te gustan los vas a preparar en la freidora? Eso es clave.

¿Seguro que la necesitas?

En mi caso, no pasé por ese proceso. Terminé usando la freidora, básicamente, para preparar patatas fritas congeladas de Mercadona. Sí, he probado otros productos para freidora de aire, pero he acabado utilizándola solo para eso un par de veces al mes, el día que hago hamburguesas con patatas para los niños.

Y, sinceramente, mientras preparo las hamburguesas en una plancha, podría perfectamente poner una sartén al fuego con patatas "de verdad". O utilizar el microondas con un accesorio muy barato.

Tampoco todo se puede preparar en la freidora de aire, o no sabrá igual. Unos huevos fritos con patatas, otro plato típico que puede apetecer de vez en cuando, no los vas a poder hacer ahí. Al menos, no como los que te prepararían en Casa Lucio.

Es decir, si ya tengo lo necesario para preparar mis menús, quizá me convendría más mejorar con algún accesorio económico o, en lugar de una freidora, comprar un mejor microondas o invertir en mejores sartenes. Por ejemplo, una de acero inoxidable o de hierro fundido, que respetan mejor el sabor de los alimentos.

¿Vas a comprarla? Invierte en una de calidad

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Si finalmente crees que la mayoría de tus menús se adaptan a una freidora de aire o, simplemente, no tienes horno y prefieres algo más versátil, mi recomendación es que inviertas en una de calidad.

Marcas como Philips, Ninja, Xiaomi o Cosori tienen la ventaja de ofrecer un amplio catálogo que se adapta a diferentes necesidades. No es lo mismo cocinar para dos que para cuatro personas o disponer de una cocina espaciosa que tener una muy pequeña. Además, a la hora de adquirir accesorios y complementos, es más fácil encontrarlos para los modelos más populares.

Existen también páginas especializadas donde encontrarás numerosas recetas para airfryer. Si te gusta cocinar y disfrutas con ello, seguro que te encantará descubrir nuevas preparaciones.